Cualquiera que visite Sitges descubrirá un lugar mágico a orillas del Mediterráneo que cautiva por su belleza, por sus fiestas populares y por decenas de rincones emblemáticos. En este artículo vamos a mostrarte 10 rincones que creemos que toda persona debería visitar alguna vez:
La icónica Punta de Sitges y sus espectaculares escaleras, uno de los lugares más emblemáticos, con unas maravillosas vistas sobre el Mediterráneo y sobre el paseo marítimo.
“La Quinta Avenida” de Sitges, que irónicamente es nuestra calle más pequeña. Su verdadero nombre es “El Correló de la Rectoría”, una callejuela estrechita que se abre a unas vistas maravillosas del mar.
El mirador del Puerto de Aiguadolç, ubicado sobre el paseo de les Drassanes. Un lugar desde el que admirar un paisaje fantástico con la Punta al fondo. En el que encontrarás unos bancos para poder descansar de tu paseo por Sitges!
El conjunto artístico y monumental Maricel, formado por el Palau Maricel y el Museu Maricel, una visita obligatoria para los amantes del arte, con unos exteriores que enamoran a cualquiera.
El Port d’Aiguadolç, con su poblado marinero, Mediterráneo en estado puro, y una sensacional oferta de ocio y gastronomía.
Sin duda es uno de los puertos de referencia cuando hablamos de la costa catalana.
El antiguo Mercat Vell, conocido también como Casa Bacardí y actualmente cerrado y a la espera de conocer su uso. Un precioso edificio modernista de 1890, construido por el arquitecto Gaietà Buigas.
Considerada una de las calles más antiguas de Sitges tenemos el Carrer d’en Bosch. Conserva parte de la antigua muralla medieval y por tanto es uno de esos rincones que te hacen viajar al pasado.
El edificio más emblemático de esta calle es el Palau del Rei Moro, punto de reunión de organizaciones locales, como la Agrupació de Balls Populars , el Grup Pessebrista de Sitges, la Colla Jove de Castellers de Sitges i la SACA.
Las casas de los Indianos. Jóvenes locales que viajaron a Cuba y a otras colonias españolas buscando fortuna. Algunos triunfaron creando sus propias empresas y, al empezar la guerra de Cuba, muchos de ellos regresaron convirtiéndose en la nueva clase burguesa de Sitges.
Construyeron las lujosas casas y mansiones de estilo modernista o neoclásico que le dan a Sitges ese toque especial que mezcla la esencia del Mediterráneo con la del Caribe en una armonía que hace de Sitges una ciudad única.
Y si eres más excursionista no dejes de visitar La Ermita de la Trinitat. Pequeña, blanca, con detalles modernistas y muy marinera, está ubicada en un entorno único, el parque natural de El Garraf. Las espectaculares vistas que ofrece sobre el mar son la delicia de los excursionistas.
Los Jardines del Terramar, al final del Paseo Marítimo, el lugar ideal para hacer un picnic, pasear y disfrutar de la naturaleza.