Al optar por el alquiler de una vivienda, surgen varios costos que debes asumir. A veces puede ser confuso determinar quién es responsable de qué gastos.
Uno de los costos más significativos que tendrás que afrontar es el alquiler mensual, que habrás negociado con tu arrendador previamente.
Además, si el contrato de alquiler así lo establece, el alquiler puede incrementarse anualmente acorde al IPC. Pero hay más gastos que deberás cubrir como inquilino. Veamos cuáles son:
Costes clave en un alquiler:
El alquiler mensual
Como mencionamos anteriormente, el alquiler mensual es el principal coste que el arrendatario debe asumir, pagándolo mes a mes, como lo establece la Ley de Arrendamientos Urbanos. Este alquiler puede incrementarse cada año si el contrato lo indica.
Gastos adicionales:
El depósito de seguridad
El depósito de seguridad es una garantía adicional que el arrendador puede requerir para asegurar el cumplimiento del contrato de arrendamiento. El máximo permitido es el equivalente a dos mensualidades de alquiler, que se devolverán al finalizar el contrato si la vivienda no presenta daños.
Mantenimiento y reparaciones
¿quién paga? Una cuestión importante se relaciona con el mantenimiento y las reparaciones de la vivienda. El propietario es responsable de las reparaciones y mantenimiento necesarios para mantener la habitabilidad del inmueble, mientras que el inquilino se hará cargo de los daños menores y aquellos causados por su culpa.
Gastos por servicios
Como inquilino, deberás cubrir los gastos de los servicios contratados, como electricidad, agua y gas, dado que estos son consumos realizados por el ocupante de la vivienda.
Gastos de comunidad de propietarios
Los gastos ordinarios de la comunidad suelen ser responsabilidad del propietario, aunque no es infrecuente ver contratos donde estos gastos son transferidos al inquilino, siempre que se especifique en el contrato. Los gastos extraordinarios deben ser pagados por el propietario.
El seguro del hogar
Aunque la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) no obliga al arrendatario a tener un seguro de hogar, puede ser recomendable para protegerse de posibles incidentes o averías graves en la vivienda. Sin embargo, si no se estipula en el contrato, el inquilino no está obligado a tener un seguro. El arrendador puede optar por contratar un seguro de impago de alquiler para protegerse de posibles impagos o daños causados por el arrendatario.
Articulo de Living Sitges Inmobiliaria