En un cambio notable de tendencia, cada vez más jóvenes están optando por dejar las bulliciosas ciudades para instalarse en tranquilos pueblos rurales. Según los últimos datos de este 2023, seis de cada diez demandantes de vivienda mayores de 18 años tienen planes o aspiraciones de trasladarse a una zona rural, marcando un aumento significativo en comparación con el año pasado.
Este creciente interés se alinea con una serie de transformaciones sociales y tecnológicas que están impulsando la revitalización de las áreas rurales. El teletrabajo, los avances tecnológicos y la economía verde están dando a las zonas rurales una nueva relevancia como lugares de bienestar, seguridad y oportunidades para la renovación social y económica, según un informe de la Comisión Europea.
A pesar de este impulso, las cifras actuales de población en zonas rurales en España siguen siendo bajas, representando solo el 13% en 2021, en comparación con el 26% de la Unión Europea. Aunque los jóvenes son los más atraídos por la idea de vivir en un pueblo, las carencias de infraestructuras para el teletrabajo pueden ser un obstáculo significativo.
La vivienda como motor de cambio en la lucha contra la despoblación
La vivienda juega un papel crucial en este fenómeno, siendo un factor determinante para la toma de decisiones en la migración hacia zonas rurales. Del total de demandantes de vivienda mayores de 18 años, un 62% expresa interés en vivir en núcleos rurales, manteniéndose prácticamente constante desde agosto de 2022.
Al desglosar este porcentaje, se observa que un 15% afirma tener planes reales de instalarse en un pueblo, experimentando un ligero aumento desde febrero de 2023. Este incremento puede atribuirse a cambios laborales o a la creciente aceptación del teletrabajo como una oportunidad para alejarse de las ciudades. El 8% de los demandantes cambiará tanto de trabajo como de residencia, mientras que el 6% se trasladará a una zona rural para teletrabajar, destacando un aumento respecto a agosto del año anterior.
Diferencias generacionales en la decisión de mudarse al campo
La decisión de cambiar de residencia hacia una zona rural varía significativamente según la edad. Los demandantes de vivienda mayores de 45 años son los más reacios a la idea, con un 45% y un 50% de aquellos que tienen entre 45 y 54 años y entre 55 y 75 años, respectivamente, que no considerarían mudarse a un pueblo.
Contrastando con esta tendencia, la proporción de aquellos con planes reales de trasladarse a una zona rural aumenta con la disminución de la edad. Los grupos de 18 a 24 años (22%) y 25 a 34 años (16%) son los más inclinados a hacerlo, marcando un cambio significativo desde agosto de 2022. Específicamente, los jóvenes de 18 a 24 años han experimentado un aumento del 9% al 22% en su intención de mudarse a una zona rural en poco más de un año.
En la zona de Sitges, conocida por sus precios elevados, los jóvenes buscan alternativas más asequibles en municipios cercanos como Olivella, Sant Pere de Ribes y zonas de interior. Este movimiento refleja la búsqueda de opciones accesibles sin renunciar a la tranquilidad y calidad de vida que ofrecen los entornos rurales.
En resumen, la migración hacia zonas rurales está experimentando un resurgimiento, especialmente entre la generación más joven, desencadenado por cambios en el trabajo y la percepción de las áreas rurales como lugares de bienestar y nuevas oportunidades. Este fenómeno, aunque optimista, destaca la necesidad de abordar las carencias de infraestructuras para facilitar la transición de los jóvenes a la vida rural. La vivienda emerge como un factor clave en esta dinámica, sirviendo como el motor principal en la lucha contra la despoblación.
Articulo de Living Sitges Inmobiliaria