El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha lanzado su informe mensual sobre las transmisiones de derechos de propiedad correspondiente al mes de noviembre de 2023. Los datos revelan un escenario desafiante para el sector inmobiliario, con una disminución del 14,4% en las compraventas de viviendas en comparación con el mismo período del año anterior. Este marcado retroceso representa el séptimo mes consecutivo en números rojos, marcando la mayor caída desde enero de 2021.
Composición de las transacciones
De las transacciones analizadas, el 19,1% corresponden a viviendas de obra nueva, mientras que el 80,9% son de segunda mano. Este desglose revela una disminución del 7,3% en las operaciones de viviendas nuevas y un descenso más pronunciado del 15,9% en las viviendas de segunda mano, evidenciando una tendencia generalizada de desaceleración en el mercado.
Impacto en cataluña
Entre las comunidades autónomas más afectadas por esta desaceleración se encuentra Cataluña, con una caída del 17% en el número de operaciones. Esta disminución refleja los desafíos específicos que enfrenta la región en el actual contexto económico y de mercado.
Previsiones y realidad del mercado
A pesar de estas cifras preocupantes, las noticias no son tan sombrías como podrían parecer inicialmente. Las previsiones más pesimistas que circulaban a principios de año sugerían una posible caída de hasta un 30% en las ventas. Sin embargo, las cifras actuales están más cercanas al 20%, alineándose con las predicciones de Jaume Domingo, CEO de Living Sitges.
Según Jaume, aunque el mercado está experimentando una recesión, esta es moderada y se atribuye principalmente al encarecimiento de las hipotecas, vinculado a la incertidumbre económica del momento. A pesar de estos desafíos, el sector inmobiliario sigue siendo considerado un refugio seguro para la inversión y el ahorro en el actual panorama financiero.
Actitud de los vendedores frente a las hipotecas
Un fenómeno sorprendente en medio de esta situación es la actitud de los vendedores, quienes, lejos de ser solo una barrera para los compradores, han optado por esperar tiempos más favorables. Esta decisión ha llevado a una disminución en la oferta disponible en el mercado, ya que los vendedores no sienten la urgencia de realizar rebajas significativas en los precios deseados. Las rebajas actuales oscilan alrededor del 6%, con una horquilla moderada entre el 0% y el 12%.
Expertos sugieren que esta estabilidad en los precios indica una fase de ajuste en lugar de un descenso pronunciado, contrastando con el repunte experimentado en 2022 debido a decisiones de compra apresuradas en respuesta a la política monetaria. En el caso de las viviendas de obra nueva, el desequilibrio entre oferta y demanda ha llevado a un aumento del 3,6% en el precio durante el segundo trimestre del año.
En conclusión, el mercado inmobiliario afronta desafíos significativos, pero las perspectivas moderadas y la percepción del sector como un refugio seguro indican que, a pesar de la recesión, hay oportunidades y espacio para la estabilidad a medida que avanza el año.